¿Dónde pasan las cosas? La importancia de los callejeros municipales
Todo pasa en algún lugar. Todas las noticias, sucesos, hechos que pasan cada día, pasan en lugares concretos, en direcciones concretas. Por eso es importante que estos sitios estén correctamente ubicados y geolocalizados. De este hecho y su importancia se dieron cuenta los franceses cuando, a principios del siglo XIX, hicieron los primeros pasos para realizar un callejero sistemático, que hasta aquel momento estaba basado en la tradición oral. La ciudad de Barcelona comenzó la rotulación de sus calles en el 1842 con placas de mármol y letras de plomo fundido, y en 1917 se hizo la primera clasificación de las calles, por encargo de la Comisión de Fomento del Ayuntamiento de Barcelona. Históricamente, tener un callejero bien definido ha tenido una importancia fundamental, por ejemplo, para mejorar la higiene urbana, por ser un espacio de memoria que reivindica personajes o hechos históricos, o por ser el lugar habitual en el que han sucedido hechos clave de sociedades y países.
Últimamente, polémicas de todo tipo o nuevas realidades sociales han hecho que se cambien los nombres de algunas calles y plazas de nuestras ciudades. Pero ¿es suficiente que una ley municipal renombre una calle o una plaza? ¿Cuáles son las consecuencias? Tener un callejero-portalero municipal correctamente organizado y geolocalizado es de vital importancia, porque afecta directamente a la vida de las personas. Hay hechos surrealistas que tienen su origen en una cosa que parece tan pequeña como una confusión o error con la nomenclatura de calles y numeración de portales y domicilios: desahucios por error, citaciones judiciales equivocadas, pérdida de documentos oficiales o de gran importancia, etc.
El Reglamento de Población y Demarcación Territorial, en su articulo 75 (aprobado con el Real Decreto
Para un Ayuntamiento es importante hacerlo bien: dependen de ello desde la gestión del padrón municipal de habitantes, y los censos y resto de padrones, a la prestación de todo tipo de servicios, pasando por el cobro de impuestos, la coordinación con otras administraciones, notificaciones… No solo hay que encontrar un buen nombre para las calles, sino que cuando se generan los datos del callejero y portalero municipales, es necesario hacerlo en formatos del sigo XXI, es decir, en formatos gráficos y alfanuméricos digitales interoperables y notificar los cambios o actualizaciones a entidades, organismos y empresas que presten servicios a los habitantes del municipio, tales como compañías distribuidoras de servicios, entes de gestión de la recaudación, la Dirección General de Catastro, Correos o el Instituto Nacional de Estadística.
En Nexus Geographics, cuando empezamos a colaborar con un Ayuntamiento es la primera tarea que hacemos: revisar y poner al día el callejero-portalero. Este elemento conforma, junto con los mapas catastrales y topográficos, las piedras angulares de toda base de datos geográfica corporativa municipal. Concretamente, el callejero es de gran importancia, porque es el factor que resuelve la pregunta “¿dónde?” de cualquier hecho determinada (“¿qué”), en un momento determinado (“¿cuándo?”) y por unas causas determinadas (“¿Por qué?”). Con estas “piedras angulares” se pueden geolocalizar datos de todo tipo (hasta un 75% de los datos que gestiona un Ayuntamiento), que las Corporaciones generan en gran cantidad y diariamente, y, sobre todo, ahorrar malentendidos, confusiones, y defectos de forma en múltiples temas, especialmente en lo que respecta al callejero-portalero oficial municipal.
Quizás a partir de ahora mirarás la placa de tu calle de otra manera.
Adán Casado
Director de Negocio